Odiando celebrar el Día Internacional de la Mujer
Desde hace varios años, he sentido una profunda aversión hacia la celebración del Día Internacional de la Mujer. A pesar de ser una fecha que busca conmemorar la lucha por los derechos de las mujeres y visibilizar las desigualdades de género, siento que la manera en que se ha mercantilizado y banalizado esta conmemoración ha desvirtuado su verdadero propósito. En lugar de sentirme empoderada y celebrada, me encuentro cada año más frustrada y desilusionada con la forma en que se aborda este día.
La mercantilización de la lucha feminista
La mercantilización del feminismo se ha convertido en una tendencia preocupante en los últimos años. Empresas y marcas utilizan el discurso feminista como estrategia de marketing, aprovechándose de la lucha por la igualdad de género para vender productos y mejorar su imagen pública. En el contexto del Día Internacional de la Mujer, vemos cómo se lanzan campañas publicitarias que apelan a la sororidad y la fortaleza de las mujeres, pero que en realidad buscan aumentar las ventas y generar ganancias. Esta apropiación del feminismo con fines comerciales trivializa la lucha feminista y reduce el activismo a un mero accesorio de moda.
Por otro lado, la mercantilización del Día Internacional de la Mujer también se refleja en la proliferación de productos y servicios que se venden como «especiales para mujeres» durante esta fecha. Desde descuentos en tiendas de ropa hasta promociones en tratamientos de belleza, se nos bombardea con mensajes que nos dicen que la mejor forma de celebrar nuestra feminidad es consumiendo. Esta narrativa consumista no solo refuerza estereotipos de género, sino que también invisibiliza las verdaderas luchas y demandas del movimiento feminista.
La banalización de la lucha feminista
La banalización de la lucha feminista es otro aspecto que me resulta especialmente difícil de tolerar en el contexto del Día Internacional de la Mujer. A medida que se acerca esta fecha, vemos cómo se popularizan frases y consignas feministas en redes sociales, en camisetas y en carteles, sin un verdadero compromiso con la causa. Muchas personas utilizan el feminismo como una moda pasajera, adoptando discursos y símbolos feministas sin entender realmente su significado ni implicaciones.
Además, la banalización de la lucha feminista se refleja en la superficialidad con la que se abordan temas importantes como la violencia de género, la brecha salarial o la representación de las mujeres en los medios de comunicación. Durante el Día Internacional de la Mujer, vemos cómo se organizan eventos y actividades que buscan visibilizar estas problemáticas, pero que en realidad no generan un impacto real ni promueven un cambio significativo en la sociedad. Es importante recordar que el feminismo va más allá de un día al año de celebración, y que la lucha por la igualdad de género debe ser constante y comprometida.
Reivindicando el verdadero significado del Día Internacional de la Mujer
En medio de esta ola de mercantilización y banalización, es fundamental reivindicar el verdadero significado del Día Internacional de la Mujer. Esta fecha conmemora la lucha histórica de las mujeres por sus derechos, así como la resistencia y la solidaridad entre mujeres de todo el mundo. Es un día para recordar a las mujeres que han luchado antes que nosotras, para visibilizar las desigualdades que aún persisten y para reafirmar nuestro compromiso con la igualdad de género.
Es importante recordar que el feminismo no es una moda pasajera, ni un disfraz que podemos ponernos y quitarnos a conveniencia. El feminismo es un movimiento político y social que busca transformar las estructuras de poder y eliminar las desigualdades de género en todas sus formas. Celebrar el Día Internacional de la Mujer no debería limitarse a comprar productos rosados o publicar mensajes superficiales en redes sociales, sino que debería ser un momento para reflexionar, educarnos y comprometernos con la lucha feminista a largo plazo.
Conclusión
En definitiva, odiar celebrar el Día Internacional de la Mujer no significa renegar de la lucha por la igualdad de género, sino todo lo contrario. Significa cuestionar las formas en que se ha desvirtuado esta conmemoración y reivindicar su verdadero significado. Es hora de dejar atrás la mercantilización y la banalización del feminismo, y de comprometernos de manera activa y consciente con la lucha por los derechos de las mujeres. Juntas, podemos construir un mundo más justo, equitativo y feminista para todas.