Los principios del satanismo desafían la ética convencional y fomentan la libertad, la responsabilidad y la equidad. Explora su auténtico significado más allá de lo que se ha dicho.
El satanismo es una filosofía y religión que ha generado interés y polémica a lo largo del tiempo. Aunque sus creencias varían según la vertiente, en términos generales, los mandamientos satánicos constituyen un conjunto de normas que contradicen los valores tradicionales del cristianismo. ¿De dónde provienen los mandamientos satánicos?
Origen de los mandamientos satánicos
Los mandamientos satánicos más reconocidos son los que emanan de la Iglesia de Satán, establecida por Anton LaVey en 1966. LaVey formuló una doctrina centrada en la libertad personal, el hedonismo y la crítica a la hipocresía de las religiones organizadas.
En su obra La Biblia Satánica, definió los «Nueve Mandamientos Satánicos», que subrayan la importancia del respeto hacia uno mismo, la justicia personal y la búsqueda de la satisfacción sin remordimientos.
Características
Los mandamientos satánicos fomentan la autodeterminación y el análisis crítico. Se prioriza el crecimiento personal sobre las normas impuestas por la sociedad o la religión, incentivando el individualismo. Cada individuo es responsable de sus acciones y debe aceptar las consecuencias, lo que enfatiza la importancia de la responsabilidad.
Además, se rechaza la sumisión, criticando la obediencia ciega y valorando la autosuficiencia. Se promueve el placer sin culpa, siempre que no se perjudique a otros. Finalmente, se defiende la justicia retributiva, donde las acciones deben recibir respuestas justas, recompensando el mérito y castigando la traición.
Símbolos asociados al satanismo
El satanismo emplea diversos símbolos que representan sus creencias. El pentagrama invertido, también conocido como el Sello de Baphomet, es un símbolo de autoridad y libertad. Baphomet, representado como una figura con cabeza de cabra, simboliza la dualidad del cosmos y la conexión entre lo material y lo espiritual.
El número 666, relacionado en la Biblia con la Bestia, ha sido adoptado como un símbolo de desafío hacia las normas religiosas. Por último, el ojo de Lucifer representa la iluminación y el conocimiento prohibido.
A pesar de que el satanismo sigue siendo un tema envuelto en mitos y estigmas, sus mandamientos reflejan una filosofía centrada en la autonomía y la responsabilidad individual, desafiando las normas morales tradicionales.
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